Saludos a todos!
Ya hemos recibido oficialmente el Otoño y como escribí en la anterior entrada del blog, el mejor plan cervecero era acudir a un Oktoberfest. Dicho y hecho.
Fuimos el viernes 23 de Septiembre a Colmenar Viejo un grupo de amigos dispuestos a saciar nuestra ansia viva de beber buena cerveza y para ello acudimos usando el transporte público de tren cercanías ya que disponíamos de un descuento en el billete de ida y vuelta. Lo malo de llegar en tren a Colmenar es que la estación está en el polígono y teníamos que coger un autobús municipal o hacernos 3kms andando y cuesta arriba. Para la ida optamos por el autobús y para volver bajamos andando (aunque después de bebernos unas birras artesanas se nos hizo hasta ameno).
Nos bajamos del bus y tras andar un poco llegamos al Parque El Mirador, bastante céntrico en el pueblo y se podían ver los primeros puestos de las microcervecerías. Nada más llegar y como en la mayoría de las ferias de cerveza artesana, cogimos el vaso de cristal de este año con el que ya podías empezar a pedir cañas. Para comprarlo había un puesto municipal en la entrada del parque donde te daban tanto el vaso como la guía de la feria con la información de las cervecerías que este año acudieron.
Además del puesto municipal, la cervecería Angelest (antiguamente solo LEST), la anfitriona del evento) también vendía vasos y guías así que optamos por comprárselo a ellos. Dar las gracias a Ángel, el dueño de la mencionada cervecería por la acogida, por avisarme del Oktoberfest y por invitarme a conocer su nave de fabricación algún día futuro.
Tras todo esto, ya nos dirigimos a nuestra primera “víctima” con bastante sed y no fue otra que San Frutos. ¡Qué mejor forma de empezar una feria tomando su Rubia de estilo Blonde Ale como la primera de muchas en esa tarde-noche! Allí estaba Adrián “solito” ya que su hermano y socio Mateo había tenido un par de retoños. Si es por esa causa, su ausencia es más que justificada y le doy la enhorabuena. Amablemente, Adrián nos hizo una foto para inmortalizar el momento, aún con caras medianamente buenas y presentables.

Con el vaso en mano nos dimos una vuelta para ver todos los puestos de bebida y comida que había disponibles y sentir el ambiente de la feria. Aprovechamos para tomarnos un tentempié y “proteger” nuestro estómago de todo lo que estaba por beber.
Después hicimos una nueva parada en la Cervecería Virtus de Burgos, donde charlando animadamente con Alfonso, nos contó que conoce bien Espinosa de Los Monteros y que le encantaría volver por allí alguna vez. Hubo variedad en la elección sobre la cerveza a beber pero en mi caso elegí una Altbier de estilo alemán, dulzona y con predominio de la malta.
De ahí pasamos a probar la IPAprofeno de Nurse Craft Beer de Oviedo, enlazando la Red Ale de Kadabra hasta llegar al puesto de la cerveza Far West almeriense, donde tras otra animada charla bebimos su Lucky Red. Tras esto oímos a un tío hablar en alto reclamando animadamente que pasara todo el mundo a probar su cerveza, era el dueño de la cervecería Marbel de Pamplona. Un tío con mucha labia y ocurrente y que al final nos dio a probar su Black Sails si llego a recordar…una Brown ale bastante cañera y rica, para mí la ganadora de la noche.
Ya con hambre, fuimos a comer algo de empanada a un puesto de comida y desde el tendido vimos el ambiente de la noche.
Tras cenar, me separé del resto ya que se fueron a tomar una cerveza muy rara ahumada y que no les gustó, y fui a hablar con Ángel y probar La Torre su nueva american pale ale, cobriza y muy equilibrada. Tras reunirnos, decidimos tomar el postre e irnos a coger el tren de vuelta a Madrid y ni me moví del sitio ya que nos tomamos la Skadi de tipo milk stout. Muy suave y ligera para tener ese aspecto negro y que fue un buen colofón a la Oktoberfest artesanal de Colmenar 2016.
Para finalizar como siempre dar las gracias a la compañia que «engañé» para acudir al evento, tanto a Rubén, Sergio, Jorge y Rober.
CHEERS!