Buenas a tod@s!
Son ya contadas las ocasiones en la que me pongo a escribir en el blog, pero siempre hay eventos o citas cerveceras que merecen la pena ser contadas bajo mi punto de vista tanto vivido como bebido (incluso comido).
En esta ocasión dedico esta entrada para daros a conocer mi experiencia en la II Edición del Mash Craft Beer Festival de Barcelona, los pasados días 26 y 27 de Octubre en la ciudad condal.
¡Atent@s que empezamos a beber!
CRÓNICA:
Si había una cita cervecera que tenía apuntada en el calendario desde que terminó la primera edición en 2017, esa era sin duda el Mash de Barcelona. Había recibido tantas buenas referencias de lo vivido en aquella primera edición que «no me quedaba otra opción» que acudir en 2018.
En esta ocasión acudí con mi fiel compañero de «batallas cerveceras», Kike, el gran «Rincón de la Birra» en las redes y se nos unió Howar, importador de cervezas artesanas en Madrid, colombiano dicharachero y buen amigo. Nos pillamos billetes de avión, hostal céntrico (en todo el Eixample) y entradas VIP, para ir a todo trapo al festival.
El primer día, el viernes 26, fue un día plenamente soleado y de perfecta temperatura para «debutar» en el festival. Al mediodía ya estábamos haciendo cola para entrar y nos juntamos con Miguel Ángel (Lupulandia en las redes). Tardaron más de la cuenta en dejarnos entrar con nuestras entradas prioritarias (lo cual compensaron con 5 tokens el segundo día por la demora inicial) y cuando ya pudimos entrar, fuimos a saludar al equipo del Fogg Bar y su arsenal quesero.

No voy a entrar en ir poniendo el orden de cervezas que tomé, pero si que puedo decir que el formato de vaso era perfecto para un festival como Éste, donde lo atractivo era ir probando un poco de cada grifo. Os hablo del famoso catavinos.

Con un tamaño tan reducido, había dos opciones para beber. Pedir que lo llenaran entero o pedir que fuera sólo a la mitad (opción ésta muy aconsejable para las imperial stout e incluso para alguna ácida más de la cuenta). La «moneda» del festival era el «token», equivalente a 1 euro. Ya en la entrada se podían cambiar euros por tokens y hay que decir que luego pusieron puestos de recarga para los que quisieran continuar comprando fichas. Lo hicimos, no lo dudéis.
He de hablar brevemente del lugar donde se celebró el festival, la Nau Bostik. Un espacio underground, con grafittis, en una antigua nave industrial a la cual se le ha dado un lavado de cara para presidir exposiciones y eventos de lo más variados. Original y bastante acertado el sitio, es muy recomendable pasear por sus espacios y ver lo bien integrado que está todo. Parece pequeño, pero es bastante extenso.
La riada de cervezas que empezaron a pasar por nuestras fauces era indescriptible. De todos los colores, aromas y sabores contemplables, de procedencia española, catalana, europea y americana pero con un denominador común para todas, ¡estaban increíbles! Y esa es la tónica general del nivel de las cervezas del festival: alto a muy alto.

Según iban pasando las cervezas, todo el mundo acudía a los puestos de limpieza de los vasos. Un poco de agua y listo, preparado para la siguiente. Los más intrépidos iban a los puestos de «porrones» y se ponían finos a beber del mismo recipiente.

Profundizando en los puestos de comida del festival, puedo decir que estaban todos muy bien. Quesos, fish and chips, hamburguesas, tallarines. No hubo necesidad de salir del recinto para comer, todo se quedó en el festival. El viernes los puestos de comida estaban al aire libre y fuera de las naves principales de las cervecerías, pero para el sábado la cosa cambió por culpa de las condiciones climatológicas.
Con el pase VIP disponíamos de una zona de «descanso» donde sentarte, tomar agua y café ilimitadamente pero que sinceramente podíamos haber obviado. Era una ocasión especial y pagamos por ello.
El segundo día de festival, ya en sábado, se terció lluvioso pero la organización tuvo la brillante idea de recolocar los puestos de comida en otra nave adyacente a la bebida pero dentro de la propia Nau Bostik. Este hecho hizo que más de uno se quedara sin comida antes de tiempo ya que la gente se acumulaba dentro de las naves, para evitar la lluvia.

La dinámica del segundo día fue similar, pero con mayor afluencia de gente dentro de las naves. Los barriles iban rotando a buen ritmo y eso ayudaba a seguir probando más y más referencias distintas en nuestro querido catavinos (llegó intacto a Madrid). Charla tras charla con amigos, cerveceros y gente conocida, la felicidad iba poco a poco en aumento pero en ningún caso llegó a males mayores a pesar de tanta variedad bebida. Por allí estuvimos con Alberto Zamborlin de Garage, compañeros «craftesan@s» como Xavi, de la tienda Okasional Beers, Germán de «El día de la cerveza»,Josep y demás personas.
Otra zona interesante de la Nau Bostik fue la dispuesta como tienda del Biercab, y en la cual podías encontrar latas de cervezas muy buenas, traídas por ellos (a modo de su Biershop). Merchandising incluido, nos hicimos con un pequeño arsenal de latas para consumir más adelante.
Tras el festival (terminaba sobre las 22h cada día) los más intrépidos íbamos para el centro de Barcelona a tomar las últimas cervezas en Biercab, Kraftank o Garage y aprovechar para cenar algo después de tanta cerveza artesana de calidad.
RESÚMENES Y OPINIONES
Los estilos cerveceros más comunes de encontrar en casi todos los puestos eran:
- Sour, gose, berliner weisse con muchos tipos de frutas distintas que aportaban colores muy variopintos y experiencias sensoriales bastante agradables. En estos estilos cerveceros me quedo con la «Never Never Calm Calm» de The Veil Brewing Co., una gose plenamente afrutada (piña y fruta de la pasión) dándole un contrapunto frutal a su inicial y teórica puesta en escena yodada del estilo gose. ¡Brutal!
- DDH IPA, DIPA, TIPA…que en la mayoría de los casos venían de EE.UU de la mano de Trillium, Monkish y Other Half. Presuntos implicados siempre en estos estilos provenientes de la Costa Este americana. Se bebían con una suavidad que asustaba a cualquiera pese a la alta graduación de algunas referencias. Por deciros una que me gustó sobremanera, diría que la «DDH Melcher Street» de Trillium estaba tan buena como para robarles el barril. Aroma y sabor contundentes.
- Imperial Stout, imperial porter distribuidas uniformemente por todos los puestos del festival pero haciendo hincapié en que las cervecerías nórdicas europeas tenían aquí algo que decir. Mucha calidad de stouts, muchos tipos de barricas usados y yo fiel seguidor de este tipo de cervezas estaba más que encantado. No sólo os voy a rescatar a una de ellas si no que esta vez os dejo un listado:
- Toast-E Coilz de The Veil, Trillium, Other Half, Monkish y Cloudwater (French toast inspired Imperial Oatmeal Stout with vanilla, maple syrup & cinnamon).
- Armagnac 3 years de Dougall’s
- Jòulvöö de Pôhjala (Chocolate-Vanilla Oak Aged Imperial Porter)
- 10 Apple Stout de Pôhjala y Tool (Stout aged in calvados barrels)
- Tall dark and mandarin de Big Island.
El lugar de la feria, como dije, original, acorde al evento y le daba su encanto. La oferta gastronómica muy rica, variada y con la que todo el mundo salió encantado. El nivel de las cervezas fue muy alto y no hubo casi ninguna que no me gustara.
CERVEZAS NACIONALES
No quería cerrar la entrada de hoy sin comentar algo de las cervezas nacionales que estuvieron en el festival. La mayoría de ellas fueron catalanas con alguna incorporación cántabra como Dougall’s o navarra como Naparbier.
Es obvio que en un evento internacional como éste pudieran pasar algo desapercibidas (e incluso no sean tan atractivas de beber por la facilidad que se tiene de conseguirlas) entre tanto nivel americano y europeo pero puedo llegar a la conclusión que lo que tenemos actualmente en España tiene nivel y que va mejorando exponencialmente.
Los reyes del lúpulo español en el evento sin duda son Garage Beer y Soma Beer que no tienen que envidiar en nada a Monkish, Trillium y compañia. Dentro de las ácidas tenemos a la cervecera contracorriente del momento como es La Calavera (como les gusta meter barricas y combinaciones de todo tipo en sus cervezas) y Ales Agullons, un clásico bien valorado. Del «lado oscuro de la birra» destaco a Dougall’s que sorprendió con ese barril de imperial stout en Armagnac que estaba potentísimo pero sublime.
Más o menos os podéis hacer una idea de lo que aconteció el Mash Craft Beer Festival. Muy buena cerveza, oferta gastronómica adecuada, lugar original y con carisma. El único pero (que a su vez me parece crucial para este evento concretamente) es el elevado precio para ir. Los 20 euros por entrada diaria, si bien los que estábamos disfrutando del festival sabíamos a lo que veníamos, era elevado pero con ello se conseguía que el evento no fuera tan masificado y si disfrutable.

Vendrán más eventos pero os digo una cosa…No os engañéis, en España tenemos gran cerveza artesana.
CHEERS!
Buena entrada, Geo!! A ver si el año que viene me puedo apuntar (ojalá que sí)!!
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